15 de Octubre, ‘Día Internacional de las Mujeres Rurales’

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Trabajadoras, entregadas, emprendedoras e inagotables: así podemos definir a las mujeres rurales de nuestra sociedad, agentes claves para el desarrollo que hoy celebran en todo el mundo un día que, probablemente, no podrán tomar como festivo porque su trabajo no se lo permita.

 
En el caso de las mujeres en el ámbito rural nos encontramos, de nuevo, con uno de esos colectivos en los que, pese a la importancia que tienen para nuestra economía y sociedad, resulta más sencillo encontrar reconocimiento fuera de nuestras fronteras que dentro de las mismas. Por eso, no es de extrañar que a muchos les resulte algo sorprendente que se celebre, a nivel mundial y solicitado por la propia Asamblea General de las Naciones Unidas, un ‘Día Internacional de las Mujeres Rurales’. Pero de sorprendente, no tiene nada.

Para hablar de su origen debemos retroceder hasta el 18 de diciembre de 2007, día en que una resolución de las Naciones Unidas decide “reconocer la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural”. Así nace este día que, en 2008, se celebra a nivel mundial por primera vez.


Como vemos, lo que se busca con este día es reconocer el trabajo en la sombra que realizan estas mujeres, en muchos casos madres, que trabajan la tierra con recursos generalmente más que limitados y que permiten a otros y otras desarrollar otros trabajos especializados y complementarios que contribuyen al desarrollo social y económico de su comunidad. Hablamos de mujeres de todo el mundo, ya se encuentren en sociedades más o menos desarrolladas, desde la India a Zimbabwe y, por supuesto, también hablamos de nuestras madres, abuelas y bisabuelas.

Porque a veces, lo más evidente es lo que más nos cuesta ver y, en un día como este, tal vez sea el mejor momento de hacer el esfuerzo y recordar esas historias de campo, de huerta, de recogidas o plantaciones, o esas instantáneas que muchos guardan en la memoria de mujeres, ya en edad de descansar y ser cuidadas y protegidas, cargando la azada para abrir un surco y aprovechar el rato. Desde Murcia, no necesitamos viajar ni a la India ni a Zimbabwe para imaginar a esas mujeres rurales, y nos basta con echar un ojo a nuestra tierra para entender la importancia de esta figura. Por eso mismo podemos encontrar en nuestro propio país asociaciones como FADEMUR que se encargan precisamente de organizar, defender y representar el trabajo de las mujeres rurales en España.

En Caja Rural Regional queremos aprovechar un día como el de hoy, como decíamos, para valorar la labor de las mujeres rurales y, a poder ser, para valorar directamente a las mujeres rurales de nuestra vida. Y aprovechemos también, antes de cerrar este artículo, para recordar las palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, sobre este tema: “Colectivamente, las mujeres rurales son una fuerza que puede impulsar el progreso a nivel mundial. Debemos aprovechar ese potencial para lograr los tres objetivos interrelacionados que nos hemos fijado para el año próximo: acelerar nuestra labor para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, adoptar una nueva visión del desarrollo sostenible y concertar un acuerdo universal significativo sobre el clima”.